Ni jorobados ni contrahechos, los neandertales caminaban erguidos como nosotros

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Durante mucho tiempo, los neandertales han sido considerados una especie bruta e inferior, unos depredadores más similares a las bestias que a la humanidad. Sin embargo, un buen número de descubrimientos ha demostrado que esas ideas son erróneas y que estos homínidos extintos que vivieron en Europa durante cientos de miles de años se nos parecían mucho más de lo que creíamos. El último hallazgo al respecto rompe con la representación de estos seres como contrahechos o gibosos. Investigadores de laUniversidad de Zúrich (Suiza) han demostrado que, bien al contrario, los neandertales se erguían como los humanos modernos, gracias a una reconstrucción virtual de la pelvis y la columna vertebral del esqueleto de un individuo muy bien conservado encontrado en Francia. 



ResizerReconstrucción virtual del esqueleto de La Chapelle-aux-Saints- Martin Haeusler, UZH


Una postura erguida y equilibrada es una de las características definitorias del Homo sapiens. En contraste, las primeras reconstrucciones de neandertales hechas a principios del siglo XX los describían como seres que caminaban parcialmente de pie. Estas reconstrucciones se basaron en el esqueleto de un anciano de esa especie desenterrado en La Chapelle-aux-Saints, Francia.

Desde la década de 1950, los científicos han sabido que la imagen del neandertal como un hombre de las cavernas no es precisa. Sus similitudes con nosotros mismos, tanto en términos evolutivos como de comportamiento, también se conocen desde hace mucho tiempo, pero en los últimos años el péndulo ha girado en la dirección opuesta. « Enfocarse en las diferencias ha vuelto a estar de moda», dice Martin Haeusler, especialista de la UZH en medicina evolutiva. Por ejemplo, estudios recientes han usado algunas vértebras aisladas para concluir que los neandertales aún no poseían una columna vertebral bien desarrollada en forma de doble S.

Sin embargo, la nueva reconstrucción virtual del esqueleto de La Chapelle-aux-Saints ha mostrado evidencias de lo contrario. Los investigadores pudieron demostrar que tanto el individuo en cuestión como los neandertales en general tenían una región lumbar y un cuello curvados, al igual que los humanos de hoy.

Al reconstruir la pelvis, los investigadores descubrieron que el sacro estaba colocado de la misma manera que en los humanos modernos. Esto los llevó a concluir que los neandertales poseían una región lumbar con una curvatura bien desarrollada. Al juntar las vértebras lumbares y cervicales individuales, pudieron discernir que la curvatura espinal era aún más pronunciada. Las marcas de desgaste prominentes en parte causadas por la curvatura de la columna vertebral se hicieron evidentes.



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